miércoles, 4 de noviembre de 2009

Felis silvestris catus

Los hombres no saben que pensamos tanto. De sospecharlo, tendrían más cuidado al elegir los regalos...¡sí, analizamos todo!
Un brasilero semi-desconocido me regaló un gato. Iluso si pensó que no iba a "ver más allá de lo evidente" (citando a Leono). ¿Qué me habrá querido decir con un gato? ¿Que SOY un gato? Los hombres no son tan básicos...
Los egipcios consideraban deidades a estos felinos domésticos, incluso los momificaban. ¿Que soy una DIOSA?
En la Edad Media se los consideraba familiares de las brujas, se los quemaba vivos y se los tiraba desde los balcones en las festividades. ¿Que soy una BRUJA? ¿Que traigo mala suerte? ¿Que transmito peste bubónica?
Los tibetanos los hicieron guardianes de sus templos por su robustez ostensible e inteligencia. ¿Que soy BRILLANTE?
Mmm los hombres no hacen semejante minucioso análisis...

Consejo: Piensen más antes de regalar un gato. Mejor aún, ¡no nos regalen nada!

1 comentario:

Anónimo dijo...

no les viene nada biennnnnn