martes, 24 de agosto de 2010

La vida privada del Lobo Feroz y Caperucita: Cuando me diafracé de tu abuela...

Lobo Feroz: Cuando me diafracé de tu abuela pensaba que tenía que ser diferente para enamorarte...
Caperucita: Pero yo vi lo peludo en vos y eso me derritió
Lobo Feroz: Y yo que pensaba que ibas a elegir al leñador...
Caperucita: Pero no me gustan los hombres inflados
Lobo Feroz: Tendría que haber seguido mi instinto y haberte comido a besos.
Caperucita: ¡Obvio! yo estaba esperando por un hombre de verdad, un hombre primitivo e indómito...
Lobo Feroz: Recién ahora me doy cuenta que alcanzaba con ser yo mismo...

La vida privada del Lobo Feroz y Caperucita: Todos piensan que soy malo...

gracias Kioskerman por la inspiración


Lobo Feroz: Todos piensan que soy malo...
Caperucita: Menos yo, yo te amo
Lobo Feroz: Pero yo quiero ver el mundo, subirme a un subte...qué se yo....tener amigos en Facebook
Caperucita: Es que cuando te reís se te ven los colmillos...tendrías que tratar de salir con la boca cerrada en las fotos...o usa más hilo dental
Lobo Feroz:.....
Caperucita: Además, cuando hay luna llena te descontrolás...¡no te puedo llevar a ningún lado!
Lobo Feroz: Pero mi costado salvaje es lo que más te gusta de mí
Caperucita: (risas) Sí...¡Mi bestia peluda!

No quiero si no es con vos

gracias Kioskerman

No quiero escapar si no escapás conmigo
No quiero abrigarme si no puedo abrigarte
No quiero beber si no mezclamos el agua
No quiero soñar si cada vez que sueño te pierdo

lunes, 23 de agosto de 2010

La rebelión imperceptible

Hoy, Gramma Porn Star estaba vestida de Cleopatra. Tenía un semblante invernal y su pregón no adornaba la esquina de Tucumán y Florida. Era un personaje siniestro y nauseabundo, sacado de una película de Tarantino. Quizas hoy decidió no trabajar. Quizás sea medio racista y no le guste interpretar a Clopatra.
¡Que viva la rebelión imperceptible Gramma Porn Star!

jueves, 12 de agosto de 2010

The weight of water

Separar de la vida...
de misterios apetecibles
y bruma salina
de graves ojos gitanos
y de la sagrada carne palpitante
de bailarines de miembros laxos
incorruptos, pero no por mucho.

jueves, 5 de agosto de 2010

Gramma Porn Star

En pleno Florida, hay una vieja disfrazada de diablita. Me preguntaba si lo hacía por hobby, para sentirse deseada como en su juventud, en la que seguramente era de las que usaban pantalón antes de que las damas usaran pantalón.
 Un mediodía, la curiosidad me propulsó a agarrar uno de sus volantes: "Sex Shop Tentaciones, todo para tus ratoneos". Bueno, no le alcanzará la jubilación. Quizás hasta tiene que mantener a un hijo grandulón y desempleado. O su marido la dejó después de años de casados y ahora ella debe rebuscárselas como puede, vendiendo frascos de mermelada casera y volanteando indecentemente.
Con el tiempo logré encariñarme con lo que era más allá de su disfraz cocoliche: una efectiva acción de marketing.

miércoles, 4 de agosto de 2010

Pyropos

Al articular un piropo, se escupen versos humeantes. Debe ser porque en su misma etimología arde la voz helénica "pyrós" o fuego, casi que al pronunciarla nuestros cuerpos chisporrotean en llamas ("piras") o se rinden a un frenesí explosivo ("pirotecnia"). Pyropo, somos dragones exhalando llamaradas. Pyropo, nos entregamos a la combustión espontánea.
Entonces, es justo decir que los argentinos somos todos "pirómanos".

martes, 3 de agosto de 2010

Mar del Plata, La Feliz y La Melancólica


Mar del Plata es límpida y fresca. En las noches de verano se puede sentir un dejo de sal en la boca y al pasar se captura el olor a asado que escupen los jardines vecinos. El mar es calmo y pardo, y digiere caracoles sin forma y basura de turistas por igual. Cuando el sol está en lo más alto, sus colores azules y verdes danzan en rituales antiguos sobre el agua y el viento acaricia los rostros acartonados de los pescadores. En sus días más calurosos, Mar del Plata es arena caliente que lascera los pies, quemaduras que tatúan la piel, helados derretidos en la cara de los niños, pregones de barquilleros y cocacoleros, aviones que arrastran mensajes por las nubes, viejitas jugando a la canasta, amigos tomando mate con bizcochos, aplausos por un niño perdido, vedettes en los teatros de revista. Mar del Plata cambia su personalidad en verano, pero en febrero los tolditos y las sombrillas desaparecen y la desnudan hasta la próxima temporada.


En invierno el mar es fiero y temperamental. Cuando se avecina una tormenta, el hedor a pescado atolondra todos los sentidos. El viento es inclemente y caprichoso, y penetra por los chifletes de las ventanas, musicalizando las noches más frías. Las casonas hibernan con sus postigos cerrados, los cafecitos están vacíos y los niños andan en bicicleta todos emponchados. Los árboles están deprimidos, los perros tiemblan en las calles y los surfistas se bañan estoicos en el agua. El aire gris y húmedo crispa los cabellos de los marplatenses y endurece la piel que el verano había suavizado. Todos buscan calor en un mate con amigos, en un bar sobrepoblado o en un autito con la calefacción al máximo.

Todo el año la costa está decorada por cientos de deportistas vestidos de gris, azul o blanco. Corren, patinan, bicicletean. Algunos van con amigos o con personal trainers y otros con perros. A su lado circula un flujo interminable de autos domingueros, habitados por familias enteras. A veces llevan a la abuela a dar su paseo semanal, otras van tomando mate y escuchando música. Muchos paran en la rotonda a comer pochoclos o un cuarto de helado y a ponerse al día con los chimentos. Cada diez metros se encuentran novios enredados, que contemplan el mar entre besos y promesas de amor eterno. Y cada cien, pescadores amateurs, que nunca atrapan nada decente.

Mar del Plata, La Feliz y La Melancólica.

Martina, la de Starbucks


Tarde en Starbucks

Su nombre está escrito en su taza de café: Martina. Parece una abogada o una contadora, no sé...es de esa clase de mujeres ejecutivas que no pueden aceptar que el amor las desequilibre. Martina, la dama del traje negro y el corazón roto.
- Tenés que darte cuenta cuando no va más- le dice su amigo mientras toma un latte venti. Tiene pinta de consejero, de ese hombre al que todas recurrimos para contarle intimidades, pero nunca para vivirlas.
Él luce desalineado, pero ella se sienta impecable al borde del sillón. Parece de la realeza, un personaje de esas fotos viejas de nuestros abuelos. Su cara está petrificada, sus facciones contienen como una represa un caudal incontrolable de lágrimas.
- Decile "bueno, listo, entonces no va más"- sentencia él, con la facilidad de quién no ha estado nunca en una situación similar.
Ella calla, impotente y compungida. Le cuesta creer cómo en su trabajo es una heroína invencible y en el amor, una damisela en apuros.

lunes, 2 de agosto de 2010

Elogio a la masculinidad

Amo al hombre sereno
al hombre ondulante
de superficie calma
de superficie calma que se crispa
como el mar
como el mar que llevo adentro

Amo al hombre despejado
al hombre límpido
de colores diáfanos
de colores diáfanos que serpentean
como el mar
como el mar que llevo adentro

Amo al hombre relente
al hombre oscuro
de profundidad umbrosa
de profundidad umbrosa que aterra
como el mar
como el mar que llevo adentro

Amo al hombre huracanado
al hombre desgarrador
que es viento
que es viento en mis oídos
como el mar
como el mar que llevo adentro

Amo al hombre entero
a su masculinidad acérrima
Amo su cuerpo fragoso
a su andar primitivo
Amo su fuerza que sana
y que lo destruye todo
como el mar
como el mar que lleva adentro